EN EL PRINCIPIO, DIOS
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1.

Los consecutivos fracasos retornan a su memoria; invaden su mundo. La llaga sangra otra vez.
La joven mestiza cree que no tiene “suerte”.
Llegó a los Estados Unidos acariciando el “sueño americano”; pero, los años pasan y nada logra: gana poco dinero; cambia de empleo constantemente; ninguna iniciativa le sale bien.
“Todos vencen en este país, menos yo”, comenta con sus amigos, desanimada. “Simplemente, no tengo suerte”.
Margarita es una joven luchadora: se levanta de madrugada, trabaja catorce horas por día, en dos empleos diferentes; y regresa a casa de noche, cansada.
Tiene apenas fuerzas para darse un baño y dormir. La rutina de su vida es agobiante. ¿Qué futuro la espera?
Se mira en el espejo, y empieza a notar algunas líneas marcadas en su rostro. "Estoy envejeciendo, y no logro nada”, se lamenta.
¿Qué tiene que ver el versículo de hoy contigo, Margarita?
Enjuga las lágrimas, y trata de escuchar la voz de tu Padre celestial. En el principio, no había nada. O, tal vez, sí:
“La tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”, dice el versículo 2.
¿Te das cuenta? Solo desorden, vacío y tinieblas. Casi nada. Nada.
Pero, entonces aparece Dios, y da forma a los cielos y a la tierra. El escenario universal cambia cuando Dios entra en acción.
¿Qué ocurriría, en tu vida, si colocases en el principio a Dios?
¿Te has preguntado, alguna vez, si no logras lo que tanto anhelas porque en el principio solo están tus sueños, planes y proyectos?.
Luchas sola, trabajas sola y vives sola.
Por eso, piensas que tus metas son inalcanzables. Atrévete a colocar a Dios en el principio de tu vida, y verás que todo cambia.
No por fuera. Las circunstancias que te rodean pueden seguir pareciendo adversas; las pruebas y las dificultades pueden continuar siendo las mismas.
Pero, tú no. Dios trabaja primero en ti.
Coloca en orden tu mundo interior: llena el vacío de tu corazón y trae luz a tu vida. Te inspira. El temor desaparece.
Desaparecen las dudas, el desánimo, y empiezas a ver que las circunstancias adversas, y aparentemente injustas, no son tan atemorizantes como parecen.
Haz de este nuevo año un año de victoria. Coloca a Jesús en primer lugar, porque “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Autor: Pastor Alejandro Bullón.
Del Libro: Plenitud en Cristo - Matinal para adultos 2011.
Del Libro: Plenitud en Cristo - Matinal para adultos 2011.