CON INTEGRIDAD
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:5.

Estaba exhausto: el trabajo del día había sido agotador, el jefe había estado más insoportable que de costumbre y hasta el calor, agobiante en esa época del año, se había mostrado infernal.
Con las manos debajo de la nuca y mirando a un punto indefinido del techo, el joven ingeniero no dejaba de pensar en lo último que le sucediera aquel día; en realidad, eso era lo que lo incomodaba.
La propuesta de trabajo que recibiera por teléfono, mientras viajaba de regreso a casa, era desde cualquier punto de vista irrecusable.
A no ser por un detalle: la empresa que hacía la propuesta quería que él trajese consigo copia de documentos importantes.
A no ser por un detalle: la empresa que hacía la propuesta quería que él trajese consigo copia de documentos importantes.
Nada de más; a fin de cuentas, él había ayudado a elaborar aquellos proyectos. En realidad, eran también suyos. No estaría siendo “totalmente” deshonesto.
¿Existe deshonestidad total y deshonestidad parcial?.
Solo la idea de faltar a la ética lo mortificaba, por más que intentase justificar el hecho.
Solo la idea de faltar a la ética lo mortificaba, por más que intentase justificar el hecho.
Adrián era un cristiano, y se preguntaba cómo se conduciría Jesús en esas circunstancias. ¿Qué decisión tomaría?
Como respuesta, vino a su mente el versículo de hoy. El amor y la vivencia del evangelio no pueden ser una experiencia dividida: o eres o no eres.
Como respuesta, vino a su mente el versículo de hoy. El amor y la vivencia del evangelio no pueden ser una experiencia dividida: o eres o no eres.
O amas a Dios con todo tu ser o, entonces, corres el peligro de desintegrarte interiormente. Y eso es fatal.
Una persona dividida se incapacita para ser feliz; cae en el terreno del cinismo y se anula.
Una persona dividida se incapacita para ser feliz; cae en el terreno del cinismo y se anula.
Todos los días, en circunstancias diferentes, te ves en la necesidad de decidir.
La encrucijada no es solo entre el bien o el mal, sino entre la felicidad o la infelicidad, entre la vida o la muerte.
La encrucijada no es solo entre el bien o el mal, sino entre la felicidad o la infelicidad, entre la vida o la muerte.
¿Cuál es la decisión que necesitas tomar hoy? ¿Adónde necesitas ir, o cuán lejos de tus principios te ves tentado a andar?
Este puede ser un día de vida, de decisiones sabias, de elecciones sensatas.
Pero, eso es posible solo cuando el corazón le pertenece a Dios por completo. Por eso, no salgas de casa sin recordar la orden de Dios a su pueblo:
Pero, eso es posible solo cuando el corazón le pertenece a Dios por completo. Por eso, no salgas de casa sin recordar la orden de Dios a su pueblo:
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. Deuteronomio 6:5.
Autor: Pastor Alejandro Bullón.
Del Libro: Plenitud en Cristo