La oración modelo
Señor, enséñanos a orar. Lucas 11:1.
El Redentor del mundo frecuentemente se aislaba para orar.
En una ocasión, sus discípulos no estaban lejos y pudieron escuchar sus palabras.
En una ocasión, sus discípulos no estaban lejos y pudieron escuchar sus palabras.
Quedaron
profundamente impresionados por su oración, porque estaba cargada de un
poder vital que alcanzó sus corazones.
Era muy diferente de las oraciones que
ellos mismos ofrecían, y diferente de cualquier oración que hubiesen oído de labios
humanos.
Después de que Jesús se les unió nuevamente, le dijeron: “Señor,
enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”...
Orar a nuestro Padre celestial tiene un gran significado.
Venimos a ofrecer
nuestro imperfecto tributo de acción de gracias a sus pies en reconocimiento de
su amor y misericordia, de la cual no somos totalmente merecedores.
Venimos
a dar a conocer nuestros deseos, a confesar nuestros pecados y a presentarle sus
propias promesas...
Jesús nos ha dado una oración en la cual cada expresión está llena de signifi
cado, para ser estudiada y aplicada a la vida práctica...
Es una oración que expresa
los temas esenciales que necesitamos presentar a nuestro Padre celestial...
En el Padrenuestro, la solidez, la fortaleza y el fervor se unen con la humildad
y la reverencia. Es una expresión del carácter divino de su Autor...
Las largas oraciones en una congregación son tediosas para aquellos que
escuchan, y no preparan los corazones de la gente para el sermón que seguirá.
La oración de Cristo guardaba un marcado contraste con estas largas oraciones,
con sus muchas repeticiones.
Los fariseos pensaban que habrían de ser escuchados
por hablar mucho, y hacían oraciones largas, tediosas e interminables...
La oración modelo de Cristo guarda un contraste marcado con las oraciones
de los paganos.
En todas las religiones falsas, las ceremonias y las formas
han sustituido la piedad genuina y la piedad práctica...
Cristo reprobaba a los escribas y los fariseos por sus oraciones llenas de
justicia propia...
Las oraciones de este tipo, que son hechas para ser escuchadas por los hombres, no producen bendición de parte de Dios...
Las oraciones de este tipo, que son hechas para ser escuchadas por los hombres, no producen bendición de parte de Dios...
Pero la humildad
siempre es reconocida por Aquel que dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá” (Luc. 11:9) –Review and Herald, 28 de mayo de
1895.